Mix Flamenquito

sábado, 21 de noviembre de 2020

* Noche 96. FUMATA BLANCA. (Liras de la 951 a la 960)

 * Noche 96. FUMATA BLANCA. 
(Liras de la 951 a la 960)

En mi fumata blanca
mi alma sobrevuela cada universo
buscando en zona franca
un trozo de reverso
y anverso de ti. ¡Eres mi mejor verso!.

Si el hechizante trance
de la chispa de alma recalcitrante
nos brinda un justo lance,
seré el mejor amante
en brazos de tu amor, si es levitante.

En la cúspide azul
de los trapos oreados al sol
destaca el bello tul
que emula al parasol
y una vida que nace en su crisol.

Vespertinas ilusiones
y aderezados veranos porosos
de ínfimas sensaciones
y placeres hermosos
en playas, mares y ríos jugosos.

Resentida corriente
de la brisa cálida anestesiada
que va de puente en puente
en piedra aclimatada
con el agua limpia y chapoteada.

Aliviadero arcano
que guarda secretos no compartidos
de un apretón de manos
que nos da por vencidos
aunque no estemos muertos, sino heridos.

Aire y lino espadados
de espadilla que macera y quebranta
a los tamos hilados
del amor que amamanta
a los cantes que hay en cada garganta.

Sol furtivo de otoños
de las aves que emigran y espadañan
las ramas y retoños,
que sin dolor se dañan
por pájaros-guías que las engañan.

Con rostro demacrado,
hay gestos de pasión agonizantes
que, de uno al otro lado,
reducen, vacilantes,
el sueño y la ilusión de los amantes.

El marchamo ignaro
del alma, que acoge a los sentimientos,
necesita el amparo
de abrazos, a cientos,
 y el balanceo de los suaves vientos.




***

* Noche 96. FUMATA BLANCA. 
(Liras de la 951 a la 960)

En mi fumata blanca mi alma sobrevuela cada universo buscando en zona franca un trozo de reverso y anverso de ti. ¡Eres mi mejor verso!.
Si el hechizante trance de la chispa de alma recalcitrante nos brinda un justo lance, seré el mejor amante en brazos de tu amor, si es levitante.
En la cúspide azul de los trapos oreados al sol destaca el bello tul que emula al parasol y una vida que nace en su crisol.
Vespertinas ilusiones y aderezados veranos porosos de ínfimas sensaciones y placeres hermosos en playas, mares y ríos jugosos.
Resentida corriente de la brisa cálida anestesiada que va de puente en puente en piedra aclimatada con el agua limpia y chapoteada.
Aliviadero arcano que guarda secretos no compartidos de un apretón de manos que nos da por vencidos aunque no estemos muertos, sino heridos.
Aire y lino espadados de espadilla que macera y quebranta a los tamos hilados del amor que amamanta a los cantes que hay en cada garganta.
Sol furtivo de otoños de las aves que emigran y espadañan las ramas y retoños, que sin dolor se dañan por pájaros-guías que las engañan.
Con rostro demacrado, hay gestos de pasión agonizantes que, de uno al otro lado, reducen, vacilantes, el sueño y la ilusión de los amantes.
El marchamo ignaro del alma, que acoge a los sentimientos, necesita el amparo de abrazos, a cientos, y el balanceo de los suaves vientos.

José Mateo Angulo García.

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