* Noche Catorce. DIEZ LIRAS PARA LOS DUENDES DEL ALBA.
(Liras de la 131 a la 140)
Alba en cristal de duendes
de ígnea tempestad de sabiduría;
torreón que se enciende
en la frente sombría
y promesas de tu vida en la mía.
Racimo destrenzado
del visitador de estrellas - en vías
lácteas - replegado
en góndolas vacías
arrastradas hasta las aguas frías.
Telar de telarañas
en azahar - de naranjas tardías
y limones sin sañas -
que reverdece en días
de inquebrantable frescura y alegría.
Pedrería en la sombra
de sexo joven en paja de alquería
que, masturbado, nombra
súbitas melodías
de estupefacientes y tavesías.
Hogueras de mil cópulas
en cuerpos nucleados de energía
y articuladas rótulas
que sirven para guía
de uñas que en la piel dibujan estrías.
Coronitas florales
con pigmentos de sustancias tardías
y almas primaverales
de sangre en rebeldía
alterada en la paz de (las) felonías.
Racimos de dulce uva
fugitiva en vals de espinos de rías
y manzana que incuba
las tardes de agonía
en menudencias, jaras y escorrentías.
Hielo oprimido en fases
y ásperos vértices de cobardía
del mus trizado en ases
y esmalte de jauría
en condones que flotan noche y día.
Cometidos errores
con la libre elección que se esgrimía
de conspiradas flores
de un valle en lejanía
dormido en la pausa de la porfía.
Ácido hialurónico
que evidencia en llagas las letanías
del fecundo y biónico
falo, - que en ti crecía -,
(y) que siempre supo cuánto me querías.
***
* Noche Catorce. DIEZ LIRAS PARA LOS DUENDES DEL ALBA.
(Liras de la 131 a la 140)
Alba en cristal de duendes de ígnea tempestad de sabiduría; torreón que se enciende en la frente sombría y promesas de tu vida en la mía.
Racimo destrenzado del visitador de estrellas - en vías lácteas - replegado en góndolas vacías arrastradas hasta las aguas frías.
Telar de telarañas en azahar - de naranjas tardías y limones sin sañas - que reverdece en días de inquebrantable frescura y alegría.
Pedrería en la sombra de sexo joven en paja de alquería que, masturbado, nombra súbitas melodías de estupefacientes y tavesías.
Hogueras de mil cópulas en cuerpos nucleados de energía y articuladas rótulas que sirven para guía de uñas que en la piel dibujan estrías.
Coronitas florales con pigmentos de sustancias tardías y almas primaverales de sangre en rebeldía alterada en la paz de (las) felonías.
Racimos de dulce uva fugitiva en vals de espinos de rías y manzana que incuba las tardes de agonía en menudencias, jaras y escorrentías.
Hielo oprimido en fases y ásperos vértices de cobardía del mus trizado en ases y esmalte de jauría en condones que flotan noche y día.
Cometidos errores con la libre elección que se esgrimía de conspiradas flores de un valle en lejanía dormido en la pausa de la porfía.
Ácido hialurónico que evidencia en llagas las letanías del fecundo y biónico falo, - que en ti crecía -, (y) que siempre supo cuánto me querías.
José Mateo Angulo García
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