* Noche 28. DIEZ LIRAS PARA LO QUE TÚ ME HAS DADO.
(Liras de la 271 a la 280)
Lento susurro oculto
que, ingrávido, desciende acelerado
en piel de libro culto
que abriga al texto amado
en donde explico lo que tú me has dado.´
Lo que ocurre a deshora
siempre es lo que mejor se experimenta.
Todo admite mejora
salvo tu lid violenta
cuando contra la paz del alma atenta.
Cartas sin remitente
buzonean la ciudad sin sentido
con un mensaje urgente
del corazón perdido
en el azheimer de amor sin olvido.
Ignota canción de alba
que en acompasadas notas vigila
al fuego que se enalba
cuando nos obnubila
un destello en destellos de pupilas.
Ademán cristalino
que resuelve con tal discernimiento
el zigzag del destino,
que sólo admite aliento
y amor con amor y consentimiento.
En el fulgor del día
escojo el itinerario fulgente
que emite alegorías
de pasado y presente
y que sostiene a tu alma opalescente.
En tálamos de besos
bosquejo al amor que nos eterniza
de altivos y de ilesos
abrazos hechos triza
en esta forma de amar enfermiza.
No es poesía ni argucia
lo que con suavidad nos acaricia.
Todo lo hollado ensucia
al gen de la avaricia
para quien amar es toda (su) codicia.
Eres abeja y libas
la humedad de mi lánguida agonía.
En néctar de amor cribas,
al expirar el día,
el mal que con tus brazos me envolvía.
Fragante suavizante
cuyo aroma y frescura nadie ignora.
Piel de desodorante
que seduce cada hora
a quien de amor con tu fragancia aflora.
***
* Noche 28. DIEZ LIRAS PARA LO QUE TÚ ME HAS DADO.
(Liras de la 271 a la 280)
Lento susurro oculto que, ingrávido, desciende acelerado en piel de libro culto que abriga al texto amado en donde explico lo que tú me has dado.´
Lo que ocurre a deshora siempre es lo que mejor se experimenta. Todo admite mejora salvo tu lid violenta cuando contra la paz del alma atenta.
Cartas sin remitente buzonean la ciudad sin sentido con un mensaje urgente del corazón perdido en el azheimer de amor sin olvido.
Ignota canción de alba que en acompasadas notas vigila al fuego que se enalba cuando nos obnubila un destello en destellos de pupilas.
Ademán cristalino que resuelve con tal discernimiento el zigzag del destino, que sólo admite aliento y amor con amor y consentimiento.
En el fulgor del día escojo el itinerario fulgente que emite alegorías de pasado y presente y que sostiene a tu alma opalescente.
En tálamos de besos bosquejo al amor que nos eterniza de altivos y de ilesos abrazos hechos triza en esta forma de amar enfermiza.
No es poesía ni argucia lo que con suavidad nos acaricia. Todo lo hollado ensucia al gen de la avaricia para quien amar es toda (su) codicia.
Eres abeja y libas la humedad de mi lánguida agonía. En néctar de amor cribas, al expirar el día, el mal que con tus brazos me envolvía.
Fragante suavizante cuyo aroma y frescura nadie ignora. Piel de desodorante que seduce cada hora a quien de amor con tu fragancia aflora.
José Mateo Angulo García.
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