* Noche 88. DIEZ LIRAS SOBRE LO QUE HUBE SOÑADO.
(Liras de la 871 a la 880)
(Liras de la 871 a la 880)
Y yo, que hube soñado
lo de haber envejecido contigo,
sigo aún consternado
sin saber lo que digo
y sigo siendo, aunque no estés,... tu amigo.
De nihilismo y de nada
colmas a tu mente alejada de mí.
Has batido en cascada
el mínimo de mí
sin expectativas,... sin decirme que sí.
La amistad verdadera
descansa en cada peldaño subido
y ahora yo quisiera
que tú, que me has querido,
me abras tu mente y no estés afligido.
En té de primavera
te diste a mí de alma comprometido
y en piel de tu tetera
desnudos hemos ido
y desnudos nos hemos conocido.
Valga la vez primera
para repetir lo que hemos vivido
en tu anodina esfera
donde yo me he perdido
y el lecho que ambos hemos recorrido.
De pelo largo fuera
aquella integral que hubo conseguido
vestir a la quimera
en cada abrazo huido
o en cada cena que hemos compartido.
Somos dos pelos rubios
de edad muy distanciada, sin pretexto,
cuyo único preludio
es ese dulce gesto
de yo verte a ti más bello que al resto.
Tu voz es voz de estudio
que analiza todo cual manifiesto
y eres el contertulio
que me induce aire fresco
y el amor no descrito en ningún texto.
Con aire precintado
sobrevuelas en mi piel rasurada
y el mar desatado
pinta en la madrugada
la rúbrica en tu firma atenuada.
Fruta fresca y verduras
del huerto de todo amor incautado
que en retamas maduras
reconstruyen lo amado
y cuerpo-piel por piel acariciado.
***
* Noche 88. DIEZ LIRAS SOBRE LO QUE HUBE SOÑADO.
(Liras de la 871 a la 880)
(Liras de la 871 a la 880)
Y yo, que hube soñado lo de haber envejecido contigo, sigo aún consternado sin saber lo que digo y sigo siendo, aunque no estés,... tu amigo.
De nihilismo y de nada colmas a tu mente alejada de mí. Has batido en cascada el mínimo de mí sin expectativas,... sin decirme que sí.
La amistad verdadera descansa en cada peldaño subido y ahora yo quisiera que tú, que me has querido, me abras tu mente y no estés afligido.
En té de primavera te diste a mí de alma comprometido y en piel de tu tetera desnudos hemos ido y desnudos nos hemos conocido.
Valga la vez primera para repetir lo que hemos vivido en tu anodina esfera donde yo me he perdido y el lecho que ambos hemos recorrido.
De pelo largo fuera aquella integral que hubo conseguido vestir a la quimera en cada abrazo huido o en cada cena que hemos compartido.
Somos dos pelos rubios de edad muy distanciada, sin pretexto, cuyo único preludio es ese dulce gesto de yo verte a ti más bello que al resto.
Tu voz es voz de estudio que analiza todo cual manifiesto y eres el contertulio que me induce aire fresco y el amor no descrito en ningún texto.
Con aire precintado sobrevuelas en mi piel rasurada y el mar desatado pinta en la madrugada la rúbrica en tu firma atenuada.
Fruta fresca y verduras del huerto de todo amor incautado que en retamas maduras reconstruyen lo amado y cuerpo-piel por piel acariciado.
José Mateo Angulo García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario