Mix Flamenquito

viernes, 13 de noviembre de 2020

* Noche 87. ALMA QUE TE VIVE EN FUEGO ROJO. (Liras de la 861 a la 870)

 * Noche 87. ALMA QUE TE VIVE EN FUEGO ROJO. 
(Liras de la 861 a la 870)

Pócima de cebolla
que ahuyenta a la sequedad de cada ojo,
que en la tristeza enrolla
lágrima y desalojo
del alma que te vive en fuego rojo.

Volátiles espejos
hacen copia de cada rostro imberbe
y en sutiles reflejos
esperan que se enerve
la otra semilla roja, ...o que se enyerbe.

Microinjertos de tesis
afloran en el caudal de lo humano
y en su espiral de génesis
para que cada hermano
respire en rojo con otro de la mano.

La acompasada gesta
de la batuta que mueve los hilos
se modela en la fiesta
de los rojos pistilos
que marcan los surcos de los vinilos.

Corriente subterránea
que se cierne en el agua de la fuente
en la instantánea
del rojo prominente
con ética servil de buena gente.

Más personalidad
de dominó con fichas efectivas
que en la mediocridad
de fortunas activas
sean rojas solidaridades vivas.

El inicial estímulo
se distrae en la agenda del propósito
con igual disimulo
de un sucio roto apósito
que ataca a todo lo rojo hasta el óbito.

Pitágoras, ya muerto,
sigue triangulando los vivos triángulos
del presente abyecto
en los rojos discípulos
de universos templarios sin ósculos.

Órdenes ejecutadas
en viudedad de sol de chapapotes
que viajan abajadas
de rojos camarotes
en cuerpos entumecidos de azotes.

Al mar irán, serviles,
los recónditos trozos de metralla
que enjugan los misiles
de la última batalla
donde ya el rojo misterio no se halla.




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* Noche 87. ALMA QUE TE VIVE EN FUEGO ROJO. 
(Liras de la 861 a la 870)

Pócima de cebolla que ahuyenta a la sequedad de cada ojo, que en la tristeza enrolla lágrima y desalojo del alma que te vive en fuego rojo.
Volátiles espejos hacen copia de cada rostro imberbe y en sutiles reflejos esperan que se enerve la otra semilla roja, ...o que se enyerbe.
Microinjertos de tesis afloran en el caudal de lo humano y en su espiral de génesis para que cada hermano respire en rojo con otro de la mano.
La acompasada gesta de la batuta que mueve los hilos se modela en la fiesta de los rojos pistilos que marcan los surcos de los vinilos.
Corriente subterránea que se cierne en el agua de la fuente en la instantánea del rojo prominente con ética servil de buena gente.
Más personalidad de dominó con fichas efectivas que en la mediocridad de fortunas activas sean rojas solidaridades vivas.
El inicial estímulo se distrae en la agenda del propósito con igual disimulo de un sucio roto apósito que ataca a todo lo rojo hasta el óbito.
Pitágoras, ya muerto, sigue triangulando los vivos triángulos del presente abyecto en los rojos discípulos de universos templarios sin ósculos.
Órdenes ejecutadas en viudedad de sol de chapapotes que viajan abajadas de rojos camarotes en cuerpos entumecidos de azotes.
Al mar irán, serviles, los recónditos trozos de metralla que enjugan los misiles de la última batalla donde ya el rojo misterio no se halla.

José Mateo Angulo García.

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