Mix Flamenquito

viernes, 13 de noviembre de 2020

* Noche 86. DIEZ LIRAS DE NOCHE AFLIGIDA. (Liras de la 851 a la 860)

 * Noche 86. DIEZ LIRAS DE NOCHE AFLIGIDA. 
(Liras de la 851 a la 860)

Tan ignorante vida
no es posible que pueda conocerme
si en la noche afligida
tú no vienes a verme
o si en la distancia tu amor se duerme.

Tan visceral desidia
sólo provoca lágrimas de arena
en varillas de vidia
que perforan mi pena
con dolor de noche sin luna llena.

Los resquicios de auroras
rompen en las noches toda la magia
de las notas sonoras
con el son que se plagia
en gotas de rocío sin disfagia.

Remando me recreo
y en el mar de la noche soñadora
a mí mismo me creo
en piel cautivadora
del reloj que se retrasa cada hora.

Mis noches delirantes
son algoritmo y perfecto arquetipo
del abrazo de amantes
en erigido cipo
que se muere de amor como anticipo.

Vorágine salvaje
de pasión y amor sin genuflexiones
que se viste con traje
para las ocasiones
en las que se enlazan dos corazones.

Aunque cueste pensarlo,
prometo que esta noche no sabía,
- y así no he de negarlo -,
que en mi almohada había
una enredadera de algarabía.

Tréboles de cuatro hojas
crecen en marabuntas de ciudades
con dulzor de milhojas
que se hacen realidades
en las noches boreales y jades.

En tus labios se esbozan
embozos de sábanas perniciosas
que al vacío me empozan
en las noches ociosas
donde aletean mis mil mariposas.

Follaje en malvasía
de suave aroma dulce y vaporoso
que en larga travesía
libera pretencioso
cada noche de sexo bondadoso.




***

* Noche 86. DIEZ LIRAS DE NOCHE AFLIGIDA. 
(Liras de la 851 a la 860)

Tan ignorante vida no es posible que pueda conocerme si en la noche afligida tú no vienes a verme o si en la distancia tu amor se duerme.
Tan visceral desidia sólo provoca lágrimas de arena en varillas de vidia que perforan mi pena con dolor de noche sin luna llena.
Los resquicios de auroras rompen en las noches toda la magia de las notas sonoras con el son que se plagia en gotas de rocío sin disfagia.
Remando me recreo y en el mar de la noche soñadora a mí mismo me creo en piel cautivadora del reloj que se retrasa cada hora.
Mis noches delirantes son algoritmo y perfecto arquetipo del abrazo de amantes en erigido cipo que se muere de amor como anticipo.
Vorágine salvaje de pasión y amor sin genuflexiones que se viste con traje para las ocasiones en las que se enlazan dos corazones.
Aunque cueste pensarlo, prometo que esta noche no sabía, - y así no he de negarlo -, que en mi almohada había una enredadera de algarabía.
Tréboles de cuatro hojas crecen en marabuntas de ciudades con dulzor de milhojas que se hacen realidades en las noches boreales y jades.
En tus labios se esbozan embozos de sábanas perniciosas que al vacío me empozan en las noches ociosas donde aletean mis mil mariposas.
Follaje en malvasía de suave aroma dulce y vaporoso que en larga travesía libera pretencioso cada noche de sexo bondadoso.

José Mateo Angulo García

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