* Noche Cinco. DIEZ LIRAS DE PIELES AIREADAS
(Liras de la 41 a la 50)
(Liras de la 41 a la 50)
Silbando en el desierto,
bajo un cactus de orquídea embalsamada,
tu semáforo abierto
es duna y emboscada
de una relación harto complicada.
En noches delirantes
de un pasado, -de oscuridad pasada-,
navegan, - irritantes
y a golpe de palada -,
los sueños esparcidos en la nada.
Necesito Tu Vida
para ver la mía justificada
y piel comprometida
para que, al ser rozada,
me haga sentir que existo en tu mirada.
Tú, si me necesitas,
me empujas, - con tu risa descarada -,
a las flores marchitas
- en tierra disecada -
de ensueños de imaginación robada.
Quizás mañana llueva
y se oxigene cada hoja asfixiada.
Será la buena nueva
si mi piel, - no tatuada -,
roza a la tuya cada madrugada.
El huésped del albatros
tendrá una caída, - descabellada -,
de atrezo, de teatros,
de riel en cascada
y telones con su cortina echada.
En hilos de pandemias
se inhibe nuestra herida encorsetada
y, sin vida, me apremias
de agua, - deshidratada -,
en jirones de piel deshilachada.
Y es que yo necesito
decirte, a veces, - sin desescalada -,
que mi amor no ha prescrito
por ser, - y balaustrada -,
soporte a tu barandilla entramada.
Y es que yo necesito
ser tu gran canción remasterizada
y el cielo al que te invito
mostrándote la entrada
al festín de nuestra mejor balada.
...Y también necesito,
a veces, ser poesía articulada;
ir pasito a pasito
sobre tierra mojada
en nuestros poros de piel aireada.
***
* Noche Cinco. DIEZ LIRAS DE PIELES AIREADAS
(Liras de la 41 a la 50)
(Liras de la 41 a la 50)
Silbando en el desierto bajo un cactus de orquídea embalsamada, tu semáforo abierto es duna y emboscada de una relación harto complicada.
En noches delirantes de un pasado, -de oscuridad pasada-, navegan, - irritantes y a golpe de palada -, los sueños esparcidos en la nada.
Necesito Tu Vida para ver la mía justificada y piel comprometida para que, al ser rozada, me haga sentir que existo en tu mirada.
Tú, si me necesitas, me empujas, - con tu risa descarada -, a las flores marchitas - en tierra disecada - de ensueños de imaginación robada.
Quizás mañana llueva y se oxigene cada hoja asfixiada. Será la buena nueva si mi piel, - no tatuada -, roza a la tuya cada madrugada.
El huésped del albatros tendrá una caída, - descabellada -, de atrezo, de teatros, de riel en cascada y telones con su cortina echada.
En hilos de pandemias se inhibe nuestra herida encorsetada y, sin vida, me apremias de agua, - deshidratada -, en jirones de piel deshilachada.
Y es que yo necesito decirte, a veces, - sin desescalada -, que mi amor no ha prescrito por ser, - y balaustrada -, soporte a tu barandilla entramada.
Y es que yo necesito ser tu gran canción remasterizada y el cielo al que te invito mostrándote la entrada al festín de nuestra mejor balada.
...Y también necesito, a veces, ser poesía articulada; ir pasito a pasito sobre tierra mojada en nuestros poros de piel aireada.
José Mateo Angulo García
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