* Noche 30. DIEZ LIRAS DE MIRADA AUSCULTADA.
(Liras de la 291 a la 300)
(Liras de la 291 a la 300)
Con vacuo alma abrazado
de sombra, alfombra y riego de insulto
(sin momento girado),
mi dinámica abulto
en un mar donde tu mirada ausculto.
Ninguna fortaleza
tendrá un muro de suficiente altura
para alzar la cabeza
y matar la aventura
de dos almas que se aman con locura.
Fuego evolucionado
(de) médula sin donante compatible
que incumple lo pactado
por amor irascible
en un abrazo de alma indestructible.
Estoy algo confuso
con todo el tiempo acumulado solo
y con el gesto iluso
del amor que enarbolo
y que es ajeno a todo protocolo.
Los álamos sin sombra
se aferran a la terquedad descrita
en la luz que te nombra,
que es la esperada cita
que aun no llegando, aún no está prescrita.
Me enervas con tus actos
hasta anular la fuerza resultante
que se muere ipso facto
con el atenuante
de no saber si eres el mismo de antes.
Con la argucia del odio
se empañan sueños, ... ¡los de ser felices!.
Sentado en el podio
- de argumento y matices -
hasta tú mismo te contradices.
De hojalata vetusta
es la oxidada vida que has vivido
y hasta el tiempo se asusta
tras verte conmovido
al comprender que yo nunca te olvido.
En láminas de acero
envuelves a tu corazón cegado
y, por más que te quiero,
tu mente se ha empeñado
en negar todo cuanto me has amado.
Eres la hoja de ruta
que examina mi mirada auscultada,...
alma que se permuta
con la mía... y alborada
que goza -de mí- cada madrugada.
***
* Noche 30. DIEZ LIRAS DE MIRADA AUSCULTADA.
(Liras de la 291 a la 300)
(Liras de la 291 a la 300)
Con vacuo alma abrazado de sombra, alfombra y riego de insulto (sin momento girado), mi dinámica abulto en un mar donde tu mirada ausculto.
Ninguna fortaleza tendrá un muro de suficiente altura para alzar la cabeza
y matar la aventura de dos almas que se aman con locura.
Fuego evolucionado (de) médula sin donante compatible que incumple lo pactado por amor irascible en un abrazo de alma indestructible.
Estoy algo confuso con todo el tiempo acumulado solo y con el gesto iluso
del amor que enarbolo y que es ajeno a todo protocolo.
Los álamos sin sombra se aferran a la terquedad descrita en la luz que te nombra, que es la esperada cita que aun no llegando, aún no está prescrita.
Me enervas con tus actos hasta anular la fuerza resultante que se muere ipso facto con el atenuante de no saber si eres el mismo de antes.
Con la argucia del odio se empañan sueños, ... ¡los de ser felices!. Sentado en el podio - de argumento y matices - hasta tú mismo te contradices.
De hojalata vetusta es la oxidada vida que has vivido y hasta el tiempo se asusta tras verte conmovido al comprender que yo nunca te olvido.
En láminas de acero envuelves a tu corazón cegado y, por más que te quiero, tu mente se ha empeñado en negar todo cuanto me has amado.
Eres la hoja de ruta que examina mi mirada auscultada,... alma que se permuta con la mía... y alborada que goza -de mí- cada madrugada.
José Mateo Angulo García.
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