Mix Flamenquito

martes, 24 de noviembre de 2020

* Noche 100. ÚLTIMA NOCHE DELIRANTE. (Liras de la 991 a la 1000)

 * Noche 100. ÚLTIMA NOCHE DELIRANTE. 
(Liras de la 991 a la 1000)

Sumergido en mil liras,
descompuesto en versos itinerantes,...
otros puntos de miras
me miran incesantes
en éstas,... mis cien noches delirantes.

Luz de flash catatónica
que se refleja en el cristal del río,
en la tórrida y agónica
corriente de agua y estío
o en la sempiterna flor de amorío.

Otra vez otro impacto
de ver caer al cielo sobre el suelo
y el beso sella el pacto
del agua sin deshielo
resbalando en gotas sobre tu pelo.

Me hago el auto-regalo
de gozar libertad en cada nexo,
sin ser reprimido halo
o experimentando eso
de hallar placer en el placer anexo;
y así me vierto y exhalo
a tu libido y a tu sexo convexo
de alba rojo que talo
del madrigal ileso
donde nos comíamos beso a beso.

Las noches dispersadas
en la acústica feroz de las horas,
las calles desoladas,
soledad de las auroras,
las vidas de las que uno se enamora.

Las aguas de riberas,
canciones, almas de los soñadores,
ríos, mares, quimeras,
pájaros voladores
y liras, de noches, en sus albores.

El respirar del arte,
el aclimatarse a la luna llena,
el poder respirarte
en Sevilla - o en Viena -
u otra parte con el alma serena.

Descansa, cielo abierto,
impregna de sol a todas mis flores,
exhálate en mi huerto
y aspira mis olores
que son las fragancias de mis amores. 

 Por entre mis mil liras,
sirenas y tritones son conjuros
de otros puntos de miras
donde duermen, seguro,
las almas libres que rompen sus muros.



***

* Noche 100. ÚLTIMA NOCHE DELIRANTE. 
(Liras de la 991 a la 1000)

Sumergido en mil liras, descompuesto en versos itinerantes,... otros puntos de miras me miran incesantes en éstas,... mis cien noches delirantes.

Luz de flash catatónica que se refleja en el cristal del río, en la tórrida y agónica corriente de agua y estío o en la sempiterna flor de amorío.

Otra vez otro impacto de ver caer al cielo sobre el suelo y el beso sella el pacto del agua sin deshielo resbalando en gotas sobre tu pelo.

Me hago el auto-regalo de gozar libertad en cada nexo, sin ser reprimido halo o experimentando eso de hallar placer en el placer anexo; y así me vierto y exhalo a tu libido y a tu sexo convexo de alba rojo que talo del madrigal ileso donde nos comíamos beso a beso.

Las noches dispersadas en la acústica feroz de las horas, las calles desoladas, soledad de las auroras, las vidas de las que uno se enamora.

Las aguas de riberas, canciones, almas de los soñadores, ríos, mares, quimeras, pájaros voladores y liras, de noches, en sus albores.

El respirar del arte, el aclimatarse a la luna llena, el poder respirarte en Sevilla - o en Viena - u otra parte con el alma serena.

Descansa, cielo abierto, impregna de sol a todas mis flores, exhálate en mi huerto y aspira mis olores que son las fragancias de mis amores. 

 Por entre mis mil liras, sirenas y tritones son conjuros de otros puntos de miras donde duermen, seguro, las almas libres que rompen sus muros.

José Mateo Angulo García.

* Noche 99. DIEZ LIRAS DE UN VIRUS DE AMOR INOCULADO. (Liras de la 981 a la 990)

* Noche 99. DIEZ LIRAS DE UN VIRUS DE AMOR INOCULADO.
 (Liras de la 981 a la 990)

Amalgamado efecto
del virus de amor con que se inocula
sentimientos y afecto
en la matriz no nula
de la adjunta traspuesta que me ulula.

Amortiguado aspecto
de látex de color, jugando a tula
en un tiempo selecto,
que a todos congratula
y voz que en su discurso se modula.

Emponzoñado erecto
con brisa acariciada en pluma de álula
que, si me multa, pecto
en la sagrada gula
de la acequia donde beben sus dulas.

Hogar para las mulas
que siempre encuentran el camino recto
y entorno donde rula
la sorna del proyecto
de la vivienda de cada insecto.

En las olas se ondula
el movimiento de espuma correcto
y la sal disimula
dulzor casi perfecto
de algas vivas en arenal infecto.

Como serpiente, repto
sobre tu estómago que se postula
en el fósil inepto
que ni crece, ni adula,
ni en cada mata del huerto pulula.

El virus que me inyecto
proporciona el anticuerpo que anula
al gen por donde recto,
sin pemiso ni bula,
ante cualquier pasión que se bascula.

El gamón de la dula
sonríe a los rastrojos desafectos
y vilmente recula
ante el mal imperfecto
que anida el ramal sin ningún porospecto.

La fe que se eyacula
cuando se definen varios conceptos
transita sola y rula
en las venas sin septo
de religiones que pierden adeptos.

Pero, si un alma encula
 a la sensación de su amor selecto,
será la fiel libélula
de un atajo directo
y ente que te lleva a un ser más perfecto.



***

* Noche 99. DIEZ LIRAS DE UN VIRUS DE AMOR INOCULADO.
 (Liras de la 981 a la 990)

Amalgamado efecto del virus de amor con que se inocula sentimientos y afecto en la matriz no nula de la adjunta traspuesta que me ulula.
Amortiguado aspecto de látex de color, jugando a tula en un tiempo selecto, que a todos congratula y voz que en su discurso se modula.
Emponzoñado erecto con brisa acariciada en pluma de álula que, si me multa, pecto en la sagrada gula de la acequia donde beben sus dulas.
Hogar para las mulas que siempre encuentran el camino recto y entorno donde rula la sorna del proyecto de la vivienda de cada insecto.
En las olas se ondula el movimiento de espuma correcto y la sal disimula dulzor casi perfecto de algas vivas en arenal infecto.
Como serpiente, repto sobre tu estómago que se postula en el fósil inepto que ni crece, ni adula, ni en cada mata del huerto pulula.
El virus que me inyecto proporciona el anticuerpo que anula al gen por donde recto, sin pemiso ni bula, ante cualquier pasión que se bascula.
El gamón de la dula sonríe a los rastrojos desafectos y vilmente recula ante el mal imperfecto que anida el ramal sin ningún prospecto.
La fe que se eyacula cuando se definen varios conceptos transita sola y rula en las venas sin septo de religiones que pierden adeptos.
Pero, si un alma encula  a la sensación de su amor selecto, será la fiel libélula de un atajo directo y ente que te lleva a un ser más perfecto.

José Mateo Angulo García

lunes, 23 de noviembre de 2020

* Noche 98. DIEZ LIRAS DE ESPACIOS INFINITOS DE PERICIA. (Liras de la 971 a la 980)

 * Noche 98. DIEZ LIRAS DE ESPACIOS INFINITOS DE PERICIA. 
(Liras de la 971 a la 980)

Exiges de mi centro
su ímproba inexpugnable caricia
con el dolor adentro
que en el alma desquicia
a espacios infinitos de pericia.

El viento trae fragancias
de todos los sembrados de las tierras,
de las brisas de mancias,
de los mares y sierras
de aguas bravías y arrastres de mierras.

Los árboles discuten
en medio del vendaval de galernas
y se encuentran de buten
las nubes en ternas
que arrojan sus aguas bajo mis piernas.

Barruntas, cual profeta,
con los presentimientos denostados
de inalcanzable meta
en lazos desatados
y en tormentas de aires huracanados.

Pequeñitas hormigas
que os alimentáis bajo la tierra
lejos de las ortigas,
ejército sin guerra
que en su caverna el alimento entierra.

En la cúspide abierta
de un cielo cubierto de lasos drones
se queda descubierta
la voz de unos zumbones
que bailan y saltan como cabrones.

Donde mana agua pura
el vino deja huella en su bodega,
la uva exprime dulzura
en el lagar que anega
la cosecha más dulce de la vega.

Buscando a mis amores
sólo mi amor será de quien me quiera,
nacerán resplandores
exentos de fronteras
y otra vez tendré quince primaveras.

No voy a regalarte más
el renacer de mi segunda vida
salvo si es que tú, además,
no seas ya quien me olvida,
sino el amor que me ama y que me cuida.

Así tú me mostrarás
el camino que tu alma recorría
y al final me entregarás
el infinito día
de tu vida que será siempre mía.





 ***
* Noche 98. DIEZ LIRAS DE ESPACIOS INFINITOS DE PERICIA. 
(Liras de la 971 a la 980)

Exiges de mi centro su ímproba inexpugnable caricia con el dolor adentro que en el alma desquicia a espacios infinitos de pericia.

El viento trae fragancias de todos los sembrados de las tierras, de las brisas de mancias, de los mares y sierras de aguas bravías y arrastres de mierras.

Los árboles discuten en medio del vendaval de galernas y se encuentran de buten las nubes en ternas que arrojan sus aguas bajo mis piernas.

Barruntas, cual profeta, con los presentimientos denostados de inalcanzable meta en lazos desatados y en tormentas de aires huracanados.

Pequeñitas hormigas que os alimentáis bajo la tierra lejos de las ortigas, ejército sin guerra que en su caverna el alimento entierra.

En la cúspide abierta de un cielo cubierto de lasos drones se queda descubierta la voz de unos zumbones que bailan y saltan como cabrones.

Donde mana agua pura el vino deja huella en su bodega, la uva exprime dulzura en el lagar que anega la cosecha más dulce de la vega.

Buscando a mis amores sólo mi amor será de quien me quiera, nacerán resplandores exentos de fronteras y otra vez tendré quince primaveras.

No voy a regalarte más el renacer de mi segunda vida salvo si es que tú, además, no seas ya quien me olvida, sino el amor que me ama y que me cuida.

Así tú me mostrarás el camino que tu alma recorría y al final me entregarás el infinito día de tu vida que será siempre mía.

José Mateo Angulo García.

* Noche 97. DIEZ LIRAS PACIFISTAS. (Liras de la 961 a la 970)


 * Noche 97. DIEZ LIRAS PACIFISTAS. 
(Liras de la 961 a la 970)

Ya sea o no vicaria
tu violencia machista manifiesta;
ya sea o no, tan aria
racista piel sin testa,...
si es heteropatriarcado,... ¡No es mi fiesta!.

Irrumpen Palestina
las niñas y niños asesinados
por la mano asesina
de los más despreciados
genocidas en terrenos ocupados.

Mercado de armamento
que alimenta la máquina de guerra
al ritmo y desaliento
de gente que se entierra
ajena a quien negocia con sus tierras.

En prófugas fronteras
juegan los navíos con mercancías
de inestables pateras
en aguas y porfías
de bocas ahogadas sin letanías.

¡Vietnan, Líbano!,.. ¡guerras!,...
¡Golfo, Balcanes, Bosnia!, ¡siglo veinte!.
¡Afganistán!, ¡más guerras!.
¡ Iraq muere vilmente !.
¡Siglo veintiuno!. ¡Siria!... ¡Detente!.

Y el fúnebre festival
sigue su curso ante almas inocentes...
Sea nival o estival,
nunca es indiferente
el asesinato de tanta gente.

No hay mayor hipocresía
que la desigualdad y la pobreza.
No entronca en estos días
que unos vivan la indigencia
mientras otros roban con indecencia.

Admiro a las ONGs,
pero deben ser la ONU y los gobiernos
quienes deben converger
en paises con cernos
para, sin balas, paliar sus infiernos.

Violencia acrecentada
a la que hay que poner frenos en su faz,
con la palabra dada
en las paredes de caz
para que surquen filantropía y paz.

Con Derechos Humanos,
demos sentido a la vida sin grida.
Somos diversas manos,...
mentes comprometidas
que a los nietos debemos (dar) mejor vida.



***
* Noche 97. DIEZ LIRAS PACIFISTAS. 
(Liras de la 961 a la 970)

Ya sea o no vicaria tu violencia machista manifiesta; ya sea o no, tan aria racista piel sin testa,... si es heteropatriarcado,... ¡No es mi fiesta!.
Irrumpen Palestina las niñas y niños asesinados por la mano asesina de los más despreciados genocidas en terrenos ocupados.
Mercado de armamento que alimenta la máquina de guerra al ritmo y desaliento de gente que se entierra ajena a quien negocia con sus tierras.
En prófugas fronteras juegan los navíos con mercancías de inestables pateras en aguas y porfías de bocas ahogadas sin letanías.
¡Vietnan, Líbano!,.. ¡guerras!,... ¡Golfo, Balcanes, Bosnia!, ¡siglo veinte!. ¡Afganistán!, ¡más guerras!. ¡ Iraq muere vilmente !. ¡Siglo veintiuno!. ¡Siria!... ¡Detente!.
Y el fúnebre festival sigue su curso ante almas inocentes... Sea nival o estival, nunca es indiferente el asesinato de tanta gente.
No hay mayor hipocresía que la desigualdad y la pobreza. No entronca en estos días que unos vivan la indigencia mientras otros roban con indecencia.
Admiro a las ONGs, pero deben ser la ONU y los gobiernos quienes deben converger en paises con cernos para, sin balas, paliar sus infiernos.
Violencia acrecentada a la que hay que poner frenos en su faz, con la palabra dada en las paredes de caz para que surquen filantropía y paz.
Con Derechos Humanos, demos sentido a la vida sin grida. Somos diversas manos,... mentes comprometidas que a los nietos debemos (dar) mejor vida.

José Mateo Angulo García

sábado, 21 de noviembre de 2020

* Noche 96. FUMATA BLANCA. (Liras de la 951 a la 960)

 * Noche 96. FUMATA BLANCA. 
(Liras de la 951 a la 960)

En mi fumata blanca
mi alma sobrevuela cada universo
buscando en zona franca
un trozo de reverso
y anverso de ti. ¡Eres mi mejor verso!.

Si el hechizante trance
de la chispa de alma recalcitrante
nos brinda un justo lance,
seré el mejor amante
en brazos de tu amor, si es levitante.

En la cúspide azul
de los trapos oreados al sol
destaca el bello tul
que emula al parasol
y una vida que nace en su crisol.

Vespertinas ilusiones
y aderezados veranos porosos
de ínfimas sensaciones
y placeres hermosos
en playas, mares y ríos jugosos.

Resentida corriente
de la brisa cálida anestesiada
que va de puente en puente
en piedra aclimatada
con el agua limpia y chapoteada.

Aliviadero arcano
que guarda secretos no compartidos
de un apretón de manos
que nos da por vencidos
aunque no estemos muertos, sino heridos.

Aire y lino espadados
de espadilla que macera y quebranta
a los tamos hilados
del amor que amamanta
a los cantes que hay en cada garganta.

Sol furtivo de otoños
de las aves que emigran y espadañan
las ramas y retoños,
que sin dolor se dañan
por pájaros-guías que las engañan.

Con rostro demacrado,
hay gestos de pasión agonizantes
que, de uno al otro lado,
reducen, vacilantes,
el sueño y la ilusión de los amantes.

El marchamo ignaro
del alma, que acoge a los sentimientos,
necesita el amparo
de abrazos, a cientos,
 y el balanceo de los suaves vientos.




***

* Noche 96. FUMATA BLANCA. 
(Liras de la 951 a la 960)

En mi fumata blanca mi alma sobrevuela cada universo buscando en zona franca un trozo de reverso y anverso de ti. ¡Eres mi mejor verso!.
Si el hechizante trance de la chispa de alma recalcitrante nos brinda un justo lance, seré el mejor amante en brazos de tu amor, si es levitante.
En la cúspide azul de los trapos oreados al sol destaca el bello tul que emula al parasol y una vida que nace en su crisol.
Vespertinas ilusiones y aderezados veranos porosos de ínfimas sensaciones y placeres hermosos en playas, mares y ríos jugosos.
Resentida corriente de la brisa cálida anestesiada que va de puente en puente en piedra aclimatada con el agua limpia y chapoteada.
Aliviadero arcano que guarda secretos no compartidos de un apretón de manos que nos da por vencidos aunque no estemos muertos, sino heridos.
Aire y lino espadados de espadilla que macera y quebranta a los tamos hilados del amor que amamanta a los cantes que hay en cada garganta.
Sol furtivo de otoños de las aves que emigran y espadañan las ramas y retoños, que sin dolor se dañan por pájaros-guías que las engañan.
Con rostro demacrado, hay gestos de pasión agonizantes que, de uno al otro lado, reducen, vacilantes, el sueño y la ilusión de los amantes.
El marchamo ignaro del alma, que acoge a los sentimientos, necesita el amparo de abrazos, a cientos, y el balanceo de los suaves vientos.

José Mateo Angulo García.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Séptima Pausa Breve

 Pausa 7

* Noche 95. DIEZ LIRAS DE TU INTEGRAL PRIMERA. (Liras de la 941 a la 950)

 * Noche 95. DIEZ LIRAS DE TU INTEGRAL PRIMERA. 
(Liras de la 941 a la 950)

Si en la integral primera
de mi constante ilusión renacida,
no llegas, primavera, ...
no sé si en esta vida 
podré, sin ti, hallar alguna salida.

Afán de enojada era
donde pasta la bondad abducida
que años atrás plañera
oscura, prohibida
y profanada en tumba renacida.

Incluso he factorizado
el tiempo que transcurre, sin ti, lento;
tal vez he desmembrado
demasiado aspaviento
por alguien que no entiende lo que siento.

Voy desalambrándome
cada hora de infortunio acumulado
y voy desangrándome
de un alma mutilado
que me indulta siempre que estoy a tu lado.

Paso, inadvertido,
con canto lírico de partiquino,
por el frunce invertido
del dolor del espino
que bifurca el paso en nuestro camino.

Tan cansado me tienes
que he abierto mi baúl de asignaturas
por la hoja de las sienes
que admite conjeturas
más allá del sexo y sus calenturas.

Puntos de acumulación
se ciernen en caída desbocada
en cada desolación
de mi alma desolada
que te sobrevuela cada madrugada.

A un paso de tu gloria
se estima el destello del sol dorado
que incendia mi memoria
en el fuego enriscado
que saquea nuestro amor y lo amado.

Ya está todo pertrecho
para apaciguar al mal quebrantado
de todo el bien deshecho,
nulo y desorientado,
que en nuestras vidas mora descansado.

¡Ay, bebida corriente en
un río fatuo, brusco y malcriado
que con desprecio asiente en
en el hilo crinado
del vino que ya ha sido descorchado!.



 ***
* Noche 95. DIEZ LIRAS DE TU INTEGRAL PRIMERA. 
(Liras de la 941 a la 950)

Si en la integral primera de mi constante ilusión renacida, no llegas, primavera, ... no sé si en esta vida podré, sin ti, hallar alguna salida.
Afán de enojada era donde pasta la bondad abducida que años atrás plañera oscura, prohibida y profanada en tumba renacida.
Incluso he factorizado el tiempo que transcurre, sin ti, lento; tal vez he desmembrado demasiado aspaviento por alguien que no entiende lo que siento.
Voy desalambrándome cada hora de infortunio acumulado y voy desangrándome de un alma mutilado que me indulta siempre que estoy a tu lado.
Paso, inadvertido, con canto lírico de partiquino, por el frunce invertido del dolor del espino que bifurca el paso en nuestro camino.
Tan cansado me tiene que he abierto mi baúl de asignaturas por la hoja de las sienes que admite conjeturas más allá del sexo y sus calenturas.
Puntos de acumulación se ciernen en caída desbocada en cada desolación de mi alma desolada que te sobrevuela cada madrugada.
A un paso de tu gloria se estima el destello del sol dorado que incendia mi memoria en el fuego enriscado que saquea nuestro amor y lo amado.
Ya está todo pertrecho para apaciguar al mal quebrantado de todo el bien deshecho, nulo y desorientado que en nuestras vidas mora descansado.
¡Ay, bebida corriente en un río fatuo, brusco y malcriado que con desprecio asiente en en el hilo crinado del vino que ya ha sido descorchado!.

José Mateo Angulo García.

* Noche 94. TRISTE NOCHE DURMIENTE. (Liras de la 931 a la 940)

 * Noche 94. TRISTE NOCHE DURMIENTE. 
(Liras de la 931 a la 940)

Triste noche durmiente
que sueña embaucar dos almas dormidas,
no desmembres mi mente
por más que tenga heridas
de un corazón que está ahogado y sin vidas.

La superflua indolora
canción triste del verano agotado
desdibuja, incolora,
el trazo sombreado
del recuerdo de ti,... que no he olvidado.

Quisiera que estas liras
lo sean para ti por siempre escritas
porque, cuando me miras,
tú más me acreditas 
para escribir las cosas más bonitas.

Escucho atentamente
el silencio de quienes ya no me hablan
y no alcanzo en mi mente
a ver cómo se entablan
las no-conversaciones que se exhalan.

Como el céfiro suave
que coquetea en cada playa de mar,
yo conservo la llave
que lleva al lecho de amar
donde no queda venganza por clamar.

Me aplico la logística
de serte fiel incluso en la tristeza,
ajusto la estadística
recta, pieza por pieza,
en la regresión del día que empieza.

Realidad abstraída
en el destello del polvo poroso
que en el alma raída
fisga meticuloso
como el teatro que se hunde en su foso.

Y así, tan desvalida,
la noche triste estalla en su proeza
y al corazón descuida,
con total aspereza,
como perdiz perdida en la maleza.

No hay solución exacta
para la aprensión que muestras al verme,
pero mi alma está intacta,
- piensa en ti mientras duerme-,
esperando que tú quieras quererme.

Lo importante en cada error
cometido en el transcurso de vida
es que te hace ser mejor.
Ninguna noche olvida
que irse a la cama es (otra) lección aprendida.


***




* Noche 94. TRISTE NOCHE DURMIENTE. 
(Liras de la 931 a la 940)

Triste noche durmiente que sueña embaucar dos almas dormidas, no desmembres mi mente por más que tenga heridas de un corazón que está ahogado y sin vidas.
La superflua indolora canción triste del verano agotado desdibuja, incolora, el trazo sombreado del recuerdo de ti,... que no he olvidado.
Quisiera que estas liras lo sean para ti por siempre escritas porque, cuando me miras, tú más me acreditas para escribir las cosas más bonitas.
Escucho atentamente el silencio de quienes ya no me hablan y no alcanzo en mi mente a ver cómo se entablan las no-conversaciones que se exhalan.
Como el céfiro suave que coquetea en cada playa de mar, yo conservo la llave que lleva al lecho de amar donde no queda venganza por clamar.
Me aplico la logística de serte fiel incluso en la tristeza, ajusto la estadística recta, pieza por pieza, en la regresión del día que empieza.
Realidad abstraída en el destello del polvo poroso que en el alma raída fisga meticuloso como el teatro que se hunde en su foso.
Y así, tan desvalida, la noche triste estalla en su proeza y al corazón descuida, con total aspereza, como perdiz perdida en la maleza.
No hay solución exacta para la aprensión que muestras al verme, pero mi alma está intacta, - piensa en ti mientras duerme-, esperando que tú quieras quererme.
Lo importante en cada error cometido en el transcurso de vida es que te hace ser mejor. Ninguna noche olvida que irse a la cama es (otra) lección aprendida.

José Mateo Angulo García.

jueves, 19 de noviembre de 2020

* Noche 93. ENTRE MIL MILLONES DE GENTES. (Liras de la 921 a la 930)



* Noche 93. ENTRE MIL MILLONES DE GENTES. 
(Liras de la 921 a la 930)

Busqué incesantemente
tu rostro entre mil millones de gentes
y al fin, tácitamente,
mis sueños persistentes
cesaron así de ser (tan) elocuentes.

Partícipes del sueño
fueron otros sueños irreverentes
e inducidos, - sin ceño -,
donde lo convergente
fuera antes su epicentro divergente.

Emites con suavidad
vocablos dichos paulatinamente
a fuer de la inocuidad
que donas dulcemente
al oído regalado y a la mente.

Tu mano blanda y blanca
sobre mi moreno de playa ardiente
es la tramoya franca
que se volvió exigente,..
suave aire que se eleva levemente.

La luz calamitosa
que atrapa a las distancias rápidamente
es la ruta fogosa
que sólo tiene en mente
huir de la trata y su mala gente.

Ni a montes-playas ibas
cuando allí también te buscaba ausente.
Ni en campos ni en flor libas.
Ni vives el presente
ni has vivido en mi pasado reciente.

¿Qué quieres que te diga?.
Por ti me he transformado nuevamente
y aún, tal vez, no consiga
que vëas atentamente
el libro encuadernado de mi mente.

Son tus preliminares
los que, cuando se tercia, sutilmente,
se vuelven malabares
en lecho complaciente
y hacen maravillas de lengua y dientes.

Desnudos de alma, encueros,
haces que tan felizmente me encuentre
que en éxtasis me muero
y sale después que entre
magnolia oscura de Lorca en tu vientre.

Con precisión quisiera
testar el rostro de toda la gente
hasta que así supiera
que eres tú únicamente
la única cara que (me) queda pendiente.



 ***

* Noche 93. ENTRE MIL MILLONES DE GENTES. 
(Liras de la 921 a la 930)

Busqué incesantemente tu rostro entre mil millones de gentes y al fin, tácitamente, mis sueños persistentes cesaron así de ser (tan) elocuentes.
Partícipes del sueño fueron otros sueños irreverentes e inducidos, - sin ceño -, donde lo convergente fuera antes su epicentro divergente.
Emites con suavidad vocablos dichos paulatinamente a fuer de la inocuidad que donas dulcemente al oído regalado y a la mente.
Tu mano blanda y blanca sobre mi moreno de playa ardiente es la tramoya franca que se volvió exigente,.. suave aire que se eleva levemente.
La luz calamitosa que atrapa a las distancias rápidamente es la ruta fogosa que sólo tiene en mente huir de la trata y su mala gente.
Ni a montes-playas ibas cuando allí también te buscaba ausente. Ni en campos ni en flor libas. Ni vives el presente ni has vivido en mi pasado reciente.
¿Qué quieres que te diga?. Por ti me he transformado nuevamente y aún, tal vez, no consiga que vëas atentamente el libro encuadernado de mi mente.
Son tus preliminares los que, cuando se tercia, sutilmente, se vuelven malabares en lecho complaciente y hacen maravillas de lengua y dientes.
Desnudos de alma, encueros, haces que tan felizmente me encuentre que en éxtasis me muero y sale después que entre magnolia oscura de Lorca en tu vientre.
Con precisión quisiera testar el rostro de toda la gente hasta que así supiera que eres tú únicamente la única cara que (me) queda pendiente.

José Mateo Angulo García

* Noche 92. OCASO DESVALIDO. (Liras de la 911 a la 920)

 * Noche 92. OCASO DESVALIDO. 
(Liras de la 911 a la 920) 

Ocaso desvalido
que atenúa piel con delicadeza,
que esgrime, si te has ido,
la luz de la tibieza... .
Sol persuasivo del día que escueza
en la sorna tranquila
que desgarra en dos la mala cabeza
y ozono que te esquila
con la febril belleza
del alba que despierta, con destreza,
al mar desasistido
en el descontento de su crudeza,
sin menoscabo oído,
ni vida, ni viveza,
ni desequilibrio que en él tropieza.

Mente que en mí cavila
la purpúrea tuiteada proeza
que en propio tuit desfila
en la absorta limpieza
del mástil feroz que en sí se adereza,
con mayor sinsentido,
donde el seso pensante no se cueza
y quede acometido
el gesto que se veza
al corazón que late con dureza.

Profilaxis que asila
a toda enfermedad de la tristeza
y en guirnaldas se apila
urdida en la maleza... .
Aporofobia en un mar de pobreza
que se queda abatido
en las olas de espuma y de rareza
y que, luego, vencido,
no tiene la agudeza
del filo tosco y de la aspereza
del color vivo, lila,
que ni sucumbe ni tiene pereza
para poner en fila
a la propia vileza
del mal que en el desamor se despieza.

Fragoso ímpetu huido
del huevo fresco de pez, que es la freza,
sin hacer más ruido
que una cuna que breza
acunada en otra vida que empieza
en sosiego de tila,
con alta autoestima y mucha entereza,
en moda que se estila
con más delicadeza
en piel curtida de amor y belleza.




 ***
* Noche 92. OCASO DESVALIDO. 
(Liras de la 911 a la 920) 

Ocaso desvalido que atenúa piel con delicadeza, que esgrime, si te has ido, la luz de la tibieza... . Sol persuasivo del día que escueza en la sorna tranquila que desgarra en dos la mala cabeza y ozono que te esquila con la febril belleza del alba que despierta, con destreza, al mar desasistido en el descontento de su crudeza, sin menoscabo oído, ni vida, ni viveza, ni desequilibrio que en él tropieza.

Mente que en mí cavila la purpúrea tuiteada proeza que en propio tuit desfila en la absorta limpieza del mástil feroz que en sí se adereza, con mayor sinsentido, donde el seso pensante no se cueza y quede acometido el gesto que se veza al corazón que late con dureza.

Profilaxis que asila a toda enfermedad de la tristeza y en guirnaldas se apila urdida en la maleza... . Aporofobia en un mar de pobreza que se queda abatido en las olas de espuma y de rareza y que, luego, vencido, no tiene la agudeza del filo tosco y de la aspereza del color vivo, lila, que ni sucumbe ni tiene pereza para poner en fila a la propia vileza del mal que en el desamor se despieza.

Fragoso ímpetu huido del huevo fresco de pez, que es la freza, sin hacer más ruido que una cuna que breza acunada en otra vida que empieza en sosiego de tila, con alta autoestima y mucha entereza, en moda que se estila con más delicadeza en piel curtida de amor y belleza.

José Mateo Angulo García.

martes, 17 de noviembre de 2020

* Noche 91. DIEZ LIRAS DE PURA OSADÍA. (Liras de la 901 a las 910)

 * Noche 91. DIEZ LIRAS DE PURA OSADÍA. 
(Liras de la 901 a las 910)

Explícita cultura
que nace y regenera a la osadía
de la frágil dulzura
que alberga la alegría
de noches que duermen tras cada día.

Alma del uranismo
que descansa con total confianza
y me hace ser yo mismo
en noches de bonanza
donde el amor con amor se alcanza.

Hebra ilustrada de oro
que va tejiendo personalidades
con la voz y el decoro
del alma sin edades
que ama con el primor de otras verdades.

Muestrario de alegrías
que repele al tan infesto denuesto
de las vivencias mías
y lleva el alma puesto
por montera en la flor donde me acuesto.

Prudencia inexpugnable,
serena, arbirtraria, inconfundible,
trasteada, inestable... .
Soplo ineludible
de viento enroscado que es (el) más sensible.

Photoshop de la foto
que fue la única foto de nosotros
y que el mal nos la ha roto
como espantada en potros
por el deseo expreso de ésos otros.

Nieves de osos polares
que confunden piel blanca y hielos blancos
en blancuras solares
o en los filtros lunancos
de yertos compartimentos estancos.

Ahora sufro sin llanto
la pesadumbre de dolor ajeno
y haber querido tanto
nos separa en paja y heno
dejando un vacío en lo que era lleno.

Anillos coronados
rompen eslabones en la cadena
que deja desatados
los cúmulos de arena
que se vierten sobre la negra pena.

Y así, con mi osadía,
en la parafernalia del desierto,
te busco noche y día
en el brocal, sin puerto,
del pozo donde el amor yace muerto.




***
* Noche 91. DIEZ LIRAS DE PURA OSADÍA. 
(Liras de la 901 a las 910)

Explícita cultura que nace y regenera a la osadía de la frágil dulzura que alberga la alegría de noches que duermen tras cada día.
Alma del uranismo que descansa con total confianza y me hace ser yo mismo en noches de bonanza donde el amor con amor se alcanza.
Hebra ilustrada de oro que va tejiendo personalidades con la voz y el decoro del alma sin edades que ama con el primor de otras verdades.
Muestrario de alegrías que repele al tan infesto denuesto de las vivencias mías y lleva el alma puesto por montera en la flor donde me acuesto.
Prudencia inexpugnable, serena, arbirtraria, inconfundible, trasteada, inestable... . Soplo ineludible de viento enroscado que es (el) más sensible.
Photoshop de la foto que fue la única foto de nosotros y que el mal nos la ha roto como espantada en potros por el deseo expreso de ésos otros.
Nieves de osos polares que confunden piel blanca y hielos blancos en blancuras solares o en los filtros lunancos de yertos compartimentos estancos.
Ahora sufro sin llanto la pesadumbre de dolor ajeno y haber querido tanto nos separa en paja y heno dejando un vacío en lo que era lleno.
Anillos coronados rompen eslabones en la cadena que deja desatados los cúmulos de arena que se vierten sobre la negra pena.
Y así, con mi osadía, en la parafernalia del desierto, te busco noche y día en el brocal, sin puerto, del pozo donde el amor yace muerto.

José Mateo Angulo García

lunes, 16 de noviembre de 2020

* Noche 90. MI ESCUETA PLUMA ESQUIVA. (Liras de la 891 a la 900)

 * Noche 90. MI ESCUETA PLUMA ESQUIVA. 
(Liras de la 891 a la 900)

Mi escueta pluma esquiva
socava en el volcán de madreselva
y es la materia viva
que vive en cada selva
de la tierra que nos brega y nos relva.

Palomas del tejado
que aleteáis como tolvanera
en sol anticipado
de altiva primavera
bajo el cielo azul de cualquier quimera.

Arma, en su retroceso,
que no disparas contra tu propia escuela,
que educas con un beso
para evitar secuelas
en la paz de la infancia cuando vuela.

Madres (o padres) que, al reñir, gritan
y que en unos minutos se sosiegan,
que aunque a veces se irritan,
al instante, te anegan
de ese amor incondicional que albergan.

En cambio, tú, que no hablas,
eres quien más dolor quizás me infiera
porque callas y pablas
en la voz plañidera
del estenuado tiempo que aún te espera.

Yo no sufro esperándote
y es el tiempo el único que te espera.
Una vida abrazándote...
...yo pensé que así fuera.
¡Pero no!. ¡Eres igual que cualquiera
y no tienes ninguna
intención de volverme a ver siquiera!.
¡Yo no pido tu luna
si no es la verdadera!.
¡Sólo pido amor de alguien que me quiera!.

Llegados a esta lira,
espumo el caldo, - con la espumadera -,
de impurezas, de tu ira,
de llanto, de llantera, ...
... de todo cuanto al puchero adulteras.

Desamor pago a plazos
en la calle de la usura trasera
que te da el esquinazo
de amor que me envolviera
en tu mandíbula feroz de fiera.

No hay verdad conocida
como el día que yo te conociera
ni hay boca bendecida
como ésta que bebiera
tu boca en "Disco-Queen" la vez primera.


 ***

* Noche 90. MI ESCUETA PLUMA ESQUIVA. 
(Liras de la 891 a la 900)

Mi escueta pluma esquiva socava en el volcán de madreselva y es la materia viva que vive en cada selva de la tierra que nos brega y nos relva.
Palomas del tejado que aleteáis como tolvanera en sol anticipado de altiva primavera bajo el cielo azul de cualquier quimera.
Arma, en su retroceso, que no disparas contra tu propia escuela, que educas con un beso para evitar secuelas en la paz de la infancia cuando vuela.
Madres (o padres) que, al reñir, gritan y que en unos minutos se sosiegan, que aunque a veces se irritan, al instante, te anegan de ese amor incondicional que albergan.
En cambio, tú, que no hablas, eres quien más dolor quizás me infiera porque callas y pablas en la voz plañidera del estenuado tiempo que aún te espera.
Yo no sufro esperándote y es el tiempo el único que te espera. Una vida abrazándote... ...yo pensé que así fuera. ¡Pero no!. ¡Eres igual que cualquiera y no tienes ninguna intención de volverme a ver siquiera!. ¡Yo no pido tu luna si no es la verdadera!. ¡Sólo pido amor de alguien que me quiera!.
Llegados a esta lira, espumo el caldo, - con la espumadera -, de impurezas, de tu ira, de llanto, de llantera, ... , ... de todo cuanto al puchero adulteras.
Desamor pago a plazos en la calle de la usura trasera que te da el esquinazo de amor que me envolviera en tu mandíbula feroz de fiera.
No hay verdad conocida como el día que yo te conociera ni hay boca bendecida como ésta que bebiera tu boca en "Disco-Queen" la vez primera.

José Mateo Angulo García


* Noche 89. DIEZ LIRAS TROQUELADAS. (Liras de la 881 a la 890)

* Noche 89. DIEZ LIRAS TROQUELADAS. 
(Liras de la 881 a la 890)

LLevamos troquelados,
al mismo tiempo, el fracaso y el éxito.
Ya desarticulados,
despojados de mérito,
nos cegó tanto desamor decrépito.

Caen los lutos testados
del dolor del temporal pretérito
en estanques forjados
por el ojo emérito
del panteón de amor impertérrirto.

Los solos y vencidos
no alcanzan para poder dar crédito
a los días perdidos,
fracasados,... sin rédito,...
desmantelados del don de lo inédito.

Tentáculos de angustia
vienen acompañados de su séquito
y, excepto la flor mustia,
cada alma congénito
escoge a su amor,... si es el primogénito.

Amores no sentidos
de un enjambre testicular patético
de hombres desconocidos
y de alto teleférico
horadando en un cuarto oscuro mimético.

Todo en sí es instintivo
como el bocado alegre y probiótico
del lecho cognitivo
de un cerebro metódico
que vive en los textos de un "poeta_gnómico".

Frío escarchado en hielo
con alma diversa de enfermo crónico
se perfuma en su cielo
de aljibe estrambótico
y vino viejo decimonónico.

En un tambor lejano
la luna trae el guitarreo nórdico
del soniquete gitano
de almidón agónico
de un cante jondo, ilustre y armónico.

La balada sublime
sobrevuela sobre el prefacio adónico
de ese cante mulime
con son de árabe fónico
en las gargantas de sonidos tónicos.

... (Y) Yo sigo caminando
el laudado laurel del amor épico,
(y) me sigue enamorando,
aunque parezca escéptico,
 tu alma amable, dulce, épico y modélico.



***

* Noche 89. DIEZ LIRAS TROQUELADAS. 
(Liras de la 881 a la 890)

LLevamos troquelados, al mismo tiempo, el fracaso y el éxito. Ya desarticulados, despojados de mérito, nos cegó tanto desamor decrépito.
Caen los lutos testados del dolor del temporal pretérito en estanques forjados por el ojo emérito del panteón de amor impertérrirto.
Los solos y vencidos no alcanzan para poder dar crédito a los días perdidos, fracasados,... sin rédito,... desmantelados del don de lo inédito.
Tentáculos de angustia vienen acompañados de su séquito y, excepto la flor mustia, cada alma congénito escoge a su amor,... si es el primogénito.
Amores no sentidos de un enjambre testicular patético de hombres desconocidos y de alto teleférico horadando en un cuarto oscuro mimético.
Todo en sí es instintivo como el bocado alegre y probiótico del lecho cognitivo de un cerebro metódico que vive en los textos de un "poeta_gnómico".
Frío escarchado en hielo con alma diversa de enfermo crónico se perfuma en su cielo de aljibe estrambótico y vino viejo decimonónico.
En un tambor lejano la luna trae el guitarreo nórdico del soniquete gitano de almidón agónico de un cante jondo, ilustre y armónico.
La balada sublime sobrevuela sobre el prefacio adónico de ese cante mulime con son de árabe fónico en las gargantas de sonidos tónicos.
(Y) Yo sigo caminando el laudado laurel del amor épico, (y) me sigue enamorando, aunque parezca escéptico,  tu alma amable, dulce, épico y modélico.

José Mateo Angulo García.

sábado, 14 de noviembre de 2020

* Noche 88. DIEZ LIRAS SOBRE LO QUE HUBE SOÑADO. (Liras de la 871 a la 880)

 * Noche 88. DIEZ LIRAS SOBRE LO QUE HUBE SOÑADO. 
(Liras de la 871 a la 880)

Y yo, que hube soñado
lo de haber envejecido contigo,
sigo aún consternado
sin saber lo que digo
y sigo siendo, aunque no estés,... tu amigo.

De nihilismo y de nada
colmas a tu mente alejada de mí.
Has batido en cascada
el mínimo de mí
sin expectativas,... sin decirme que sí.

La amistad verdadera
descansa en cada peldaño subido
y ahora yo quisiera
que tú, que me has querido,
me abras tu mente y no estés afligido.

En té de primavera
te diste a mí de alma comprometido
y en piel de tu tetera
desnudos hemos ido
y desnudos nos hemos conocido.

Valga la vez primera
para repetir lo que hemos vivido
en tu anodina esfera
donde yo me he perdido
y el lecho que ambos hemos recorrido.

De pelo largo fuera
aquella integral que hubo conseguido
vestir a la quimera
en cada abrazo huido
o en cada cena que hemos compartido.

Somos dos pelos rubios
de edad muy distanciada, sin pretexto,
cuyo único preludio
es ese dulce gesto
de yo verte a ti más bello que al resto.

Tu voz es voz de estudio
que analiza todo cual manifiesto
y eres el contertulio
que me induce aire fresco
y el amor no descrito en ningún texto.

Con aire precintado
sobrevuelas en mi piel rasurada
y el mar desatado
pinta en la madrugada
la rúbrica en tu firma atenuada.

Fruta fresca y verduras
del huerto de todo amor incautado
que en retamas maduras
reconstruyen lo amado
y cuerpo-piel por piel acariciado.



 ***
* Noche 88. DIEZ LIRAS SOBRE LO QUE HUBE SOÑADO. 
(Liras de la 871 a la 880)

Y yo, que hube soñado lo de haber envejecido contigo, sigo aún consternado sin saber lo que digo y sigo siendo, aunque no estés,... tu amigo.
De nihilismo y de nada colmas a tu mente alejada de mí. Has batido en cascada el mínimo de mí sin expectativas,... sin decirme que sí.
La amistad verdadera descansa en cada peldaño subido y ahora yo quisiera que tú, que me has querido, me abras tu mente y no estés afligido.
En té de primavera te diste a mí de alma comprometido y en piel de tu tetera desnudos hemos ido y desnudos nos hemos conocido.
Valga la vez primera para repetir lo que hemos vivido en tu anodina esfera donde yo me he perdido y el lecho que ambos hemos recorrido.
De pelo largo fuera aquella integral que hubo conseguido vestir a la quimera en cada abrazo huido o en cada cena que hemos compartido.
Somos dos pelos rubios de edad muy distanciada, sin pretexto, cuyo único preludio es ese dulce gesto de yo verte a ti más bello que al resto.
Tu voz es voz de estudio que analiza todo cual manifiesto y eres el contertulio que me induce aire fresco y el amor no descrito en ningún texto.
Con aire precintado sobrevuelas en mi piel rasurada y el mar desatado pinta en la madrugada la rúbrica en tu firma atenuada.
Fruta fresca y verduras del huerto de todo amor incautado que en retamas maduras reconstruyen lo amado y cuerpo-piel por piel acariciado.

José Mateo Angulo García.

viernes, 13 de noviembre de 2020

* Noche 87. ALMA QUE TE VIVE EN FUEGO ROJO. (Liras de la 861 a la 870)

 * Noche 87. ALMA QUE TE VIVE EN FUEGO ROJO. 
(Liras de la 861 a la 870)

Pócima de cebolla
que ahuyenta a la sequedad de cada ojo,
que en la tristeza enrolla
lágrima y desalojo
del alma que te vive en fuego rojo.

Volátiles espejos
hacen copia de cada rostro imberbe
y en sutiles reflejos
esperan que se enerve
la otra semilla roja, ...o que se enyerbe.

Microinjertos de tesis
afloran en el caudal de lo humano
y en su espiral de génesis
para que cada hermano
respire en rojo con otro de la mano.

La acompasada gesta
de la batuta que mueve los hilos
se modela en la fiesta
de los rojos pistilos
que marcan los surcos de los vinilos.

Corriente subterránea
que se cierne en el agua de la fuente
en la instantánea
del rojo prominente
con ética servil de buena gente.

Más personalidad
de dominó con fichas efectivas
que en la mediocridad
de fortunas activas
sean rojas solidaridades vivas.

El inicial estímulo
se distrae en la agenda del propósito
con igual disimulo
de un sucio roto apósito
que ataca a todo lo rojo hasta el óbito.

Pitágoras, ya muerto,
sigue triangulando los vivos triángulos
del presente abyecto
en los rojos discípulos
de universos templarios sin ósculos.

Órdenes ejecutadas
en viudedad de sol de chapapotes
que viajan abajadas
de rojos camarotes
en cuerpos entumecidos de azotes.

Al mar irán, serviles,
los recónditos trozos de metralla
que enjugan los misiles
de la última batalla
donde ya el rojo misterio no se halla.




 ***
* Noche 87. ALMA QUE TE VIVE EN FUEGO ROJO. 
(Liras de la 861 a la 870)

Pócima de cebolla que ahuyenta a la sequedad de cada ojo, que en la tristeza enrolla lágrima y desalojo del alma que te vive en fuego rojo.
Volátiles espejos hacen copia de cada rostro imberbe y en sutiles reflejos esperan que se enerve la otra semilla roja, ...o que se enyerbe.
Microinjertos de tesis afloran en el caudal de lo humano y en su espiral de génesis para que cada hermano respire en rojo con otro de la mano.
La acompasada gesta de la batuta que mueve los hilos se modela en la fiesta de los rojos pistilos que marcan los surcos de los vinilos.
Corriente subterránea que se cierne en el agua de la fuente en la instantánea del rojo prominente con ética servil de buena gente.
Más personalidad de dominó con fichas efectivas que en la mediocridad de fortunas activas sean rojas solidaridades vivas.
El inicial estímulo se distrae en la agenda del propósito con igual disimulo de un sucio roto apósito que ataca a todo lo rojo hasta el óbito.
Pitágoras, ya muerto, sigue triangulando los vivos triángulos del presente abyecto en los rojos discípulos de universos templarios sin ósculos.
Órdenes ejecutadas en viudedad de sol de chapapotes que viajan abajadas de rojos camarotes en cuerpos entumecidos de azotes.
Al mar irán, serviles, los recónditos trozos de metralla que enjugan los misiles de la última batalla donde ya el rojo misterio no se halla.

José Mateo Angulo García.

* Noche 86. DIEZ LIRAS DE NOCHE AFLIGIDA. (Liras de la 851 a la 860)

 * Noche 86. DIEZ LIRAS DE NOCHE AFLIGIDA. 
(Liras de la 851 a la 860)

Tan ignorante vida
no es posible que pueda conocerme
si en la noche afligida
tú no vienes a verme
o si en la distancia tu amor se duerme.

Tan visceral desidia
sólo provoca lágrimas de arena
en varillas de vidia
que perforan mi pena
con dolor de noche sin luna llena.

Los resquicios de auroras
rompen en las noches toda la magia
de las notas sonoras
con el son que se plagia
en gotas de rocío sin disfagia.

Remando me recreo
y en el mar de la noche soñadora
a mí mismo me creo
en piel cautivadora
del reloj que se retrasa cada hora.

Mis noches delirantes
son algoritmo y perfecto arquetipo
del abrazo de amantes
en erigido cipo
que se muere de amor como anticipo.

Vorágine salvaje
de pasión y amor sin genuflexiones
que se viste con traje
para las ocasiones
en las que se enlazan dos corazones.

Aunque cueste pensarlo,
prometo que esta noche no sabía,
- y así no he de negarlo -,
que en mi almohada había
una enredadera de algarabía.

Tréboles de cuatro hojas
crecen en marabuntas de ciudades
con dulzor de milhojas
que se hacen realidades
en las noches boreales y jades.

En tus labios se esbozan
embozos de sábanas perniciosas
que al vacío me empozan
en las noches ociosas
donde aletean mis mil mariposas.

Follaje en malvasía
de suave aroma dulce y vaporoso
que en larga travesía
libera pretencioso
cada noche de sexo bondadoso.




***

* Noche 86. DIEZ LIRAS DE NOCHE AFLIGIDA. 
(Liras de la 851 a la 860)

Tan ignorante vida no es posible que pueda conocerme si en la noche afligida tú no vienes a verme o si en la distancia tu amor se duerme.
Tan visceral desidia sólo provoca lágrimas de arena en varillas de vidia que perforan mi pena con dolor de noche sin luna llena.
Los resquicios de auroras rompen en las noches toda la magia de las notas sonoras con el son que se plagia en gotas de rocío sin disfagia.
Remando me recreo y en el mar de la noche soñadora a mí mismo me creo en piel cautivadora del reloj que se retrasa cada hora.
Mis noches delirantes son algoritmo y perfecto arquetipo del abrazo de amantes en erigido cipo que se muere de amor como anticipo.
Vorágine salvaje de pasión y amor sin genuflexiones que se viste con traje para las ocasiones en las que se enlazan dos corazones.
Aunque cueste pensarlo, prometo que esta noche no sabía, - y así no he de negarlo -, que en mi almohada había una enredadera de algarabía.
Tréboles de cuatro hojas crecen en marabuntas de ciudades con dulzor de milhojas que se hacen realidades en las noches boreales y jades.
En tus labios se esbozan embozos de sábanas perniciosas que al vacío me empozan en las noches ociosas donde aletean mis mil mariposas.
Follaje en malvasía de suave aroma dulce y vaporoso que en larga travesía libera pretencioso cada noche de sexo bondadoso.

José Mateo Angulo García

miércoles, 11 de noviembre de 2020

* Noche 85. LIRAS ENTRECORTADAS. (Liras de la 841 a la 850)

 * Noche 85. LIRAS ENTRECORTADAS. 
(Liras de la 841 a la 850)

En liras delirantes
de noches entrecortadas sin diablos
sí son determinantes
marchamos de vocablos
en la conversación que aquí te entablo.

Obelisco hilarante
que se pierde en las cuestiones fáciles
que hacen irrelevantes
a los días ya inhábiles
de los sueños despeñados y ágiles.

De tregua itinerante
son los segmentos de las paces gráciles
que lucen, tan campantes,
en los tratados lábiles
de los papeles mojados y frágiles.

En mi corazón cabes.
Yo te quiero un poco más... mucho más;
y tú, bien que lo sabes.
De todo lo demás,
no sé,... no pienses que sé mucho más.

Si quieres pasar, pasa.
¡No te quedes en la puerta esperando!.
Mi alma será tu casa
y es tu hogar horadando
pozos de agua donde (yo) sigo nadando.

En noches delirantes
de liras entrecortadas volátiles
lucen exuberantes
los visos de los mástiles
y las huellas de nuestros falos táctiles.

Si me has manipulado
el tacógrafo de vida segura
y has desestabilizado
mi frágil estructura,
mi corazón se oprime y se satura.

Madera quebradiza
con el olor a resina de ungüentos
que en cebada y su riza
deja buenos momentos
apartando el mal y los sufrimientos.

En modo avión me deja
la supremacía íntima del ego
con esa medianeja
voz con la que llego
al clímax donde te juego con fuego.

No quiero que en mí seas
ningún perito lingüista forense
ni que, sin leer, leas
el mal que se destense
en las palabras de ti que yo piense.




 ***
 Noche 85. LIRAS ENTRECORTADAS. 
(Liras de la 841 a la 850)

En liras delirantes de noches entrecortadas sin diablos sí son determinantes marchamos de vocablos en la conversación que aquí te entablo.
Obelisco hilarante que se pierde en las cuestiones fáciles que hacen irrelevantes a los días ya inhábiles de los sueños despeñados y ágiles.
De tregua itinerante son los segmentos de las paces gráciles que lucen, tan campantes, en los tratados lábiles de los papeles mojados y frágiles.
En mi corazón cabes. Yo te quiero un poco más... mucho más; y tú, bien que lo sabes. De todo lo demás, no sé,... no pienses que sé mucho más.
Si quieres pasar, pasa. ¡No te quedes en la puerta esperando!. Mi alma será tu casa y es tu hogar horadando pozos de agua donde (yo) sigo nadando.
En noches delirantes de liras entrecortadas volátiles lucen exuberantes los visos de los mástiles y las huellas de nuestros falos táctiles.
Si me has manipulado el tacógrafo de vida segura y has desestabilizado mi frágil estructura, mi corazón se oprime y se satura.
Madera quebradiza con el olor a resina de ungüentos que en cebada y su riza deja buenos momentos apartando el mal y los sufrimientos.
En modo avión me deja la supremacía íntima del ego con esa medianeja voz con la que llego al clímax donde te juego con fuego.
No quiero que en mí seas ningún perito lingüista forense ni que, sin leer, leas el mal que se destense en las palabras de ti que yo piense.

José Mateo Angulo García.


* Noche 84. SI A TI TAMBIÉN TE OLVIDO... . (Liras de la 831 a la 840)

 "Dedicado a todas las personas
que sufren la enfermedad de Alzhéimer."

* Noche 84. SI A TI TAMBIÉN TE OLVIDO... . 
(Liras de la 831 a la 840)

Si nadie quiere a nadie
con las fuerzas que yo te he querido
y si no hay luz que irradie
cada instante vivido,...
¿qué me queda si a ti también te olvido?.

Si un ritmo tan frenético
desarticula el bien que consolido
y si (se) vuelve famélico
lo que me has prometido,...
¿qué me queda si a ti también te olvido?.

En tu erupción de magma
se activa tu operativo atrevido
que, si (me) oprime el diafragma
y no hay riesgo extinguido,...
¿qué me queda si a ti también te olvido?.

Mil fisuras de dolo
no admiten evacuar el bien vivido.
Si me desprendo en todo,
si niego haber querido,...
¿qué me queda si a ti también te olvido?.

Si el abandono abdica
hasta en los víveres desposeídos
de la luz panorámica
conque me he destruido,...
¿qué me queda si a ti también te olvido?.

Imparable volcán.
¿Qué me queda si a ti también te olvido?.
Despotricado afán
que en pendiente ha caído
en la enjundia de todo lo perdido.

Desolados decenios.
¿Qué me queda si a ti también te olvido?.
Recuérdame en milenios
aunque muerto me haya ido
lejos, sin protocolo establecido.

Ciudad amurallada.
¿Qué me queda si a ti también te olvido?.
No sé lo que es la nada
porque contigo he sido
el as con el que en todo me he esgrimido.

Arbitrio de autoayuda.
¿Qué me queda si a ti también te olvido?.
El mal también se suda
como tóxico huido
en la piel seca que se ha desnutrido.

Apresuradas vidas
de enfermedad del desamor herido.
Si el alma me descuidas,...
¡díme tú!, ...  ¡te lo pido!, ...
¿qué me queda si a ti también te olvido?.



 ***
* Noche 84. SI A TI TAMBIÉN TE OLVIDO... . 
(Liras de la 831 a la 840)




Si nadie quiere a nadie con las fuerzas que yo te he querido y si no hay luz que irradie cada instante vivido,... ¿qué me queda si a ti también te olvido?.
Si un ritmo tan frenético desarticula el bien que consolido y si (se) vuelve famélico lo que me has prometido,... ¿qué me queda si a ti también te olvido?.
En tu erupción de magma se activa tu operativo atrevido que, si (me) oprime el diafragma y no hay riesgo extinguido,... ¿qué me queda si a ti también te olvido?.
Mil fisuras de dolo no admiten evacuar el bien vivido. Si me desprendo en todo, si niego haber querido,... ¿qué me queda si a ti también te olvido?.
Si el abandono abdica hasta en los víveres desposeídos de la luz panorámica conque me he destruido,... ¿qué me queda si a ti también te olvido?.
Imparable volcán. ¿Qué me queda si a ti también te olvido?. Despotricado afán que en pendiente ha caído en la enjundia de todo lo perdido.
Desolados decenios. ¿Qué me queda si a ti también te olvido?. Recuérdame en milenios aunque muerto me haya ido lejos, sin protocolo establecido.
Ciudad amurallada. ¿Qué me queda si a ti también te olvido?. No sé lo que es la nada porque contigo he sido el as con el que en todo me he esgrimido.
Arbitrio de autoayuda. ¿Qué me queda si a ti también te olvido?. El mal también se suda como tóxico huido en la piel seca que se ha desnutrido.
Apresuradas vidas de enfermedad del desamor herido. Si el alma me descuidas,... ¡díme tú!, ...  ¡te lo pido!, ... ¿qué me queda si a ti también te olvido?.

José Mateo Angulo García.

* Noche 83.DIEZ LIRAS INDIFERENTES. (Liras de la 821 a la 830)

 * Noche 83. DIEZ LIRAS INDIFERENTES. 
(Liras de la 821 a la 830)

Con mi alma rota, -herida-,
no sé por qué mi corazón presiente
que tú me das la vida
cuando queda patente
que yo te sigo siendo indiferente.

El diáfano universo
recitará mis versos a tu oído,
se expandirá disperso
como arrabal caído
en vorágines de un techo raído.

En la piel autárquica
que pisa los umbrales del idilio
se esgrime la táctica
de olvidar el delirio
de un amor que sigue pidiendo auxilio.

La indiferencia tala
a los pies del pensamiento extinguido;
y, tocado de un ala,
caigo - casi esgrimido -
en la pasión del ángel deprimido.

Y así,... de ser amantes,
pasamos a ser dos desconocidos
de agua ful de diamantes
en un himpar de hipidos
donde se eclipsan los días vividos.

Te huelo tanto y tan bien
que no hay más desilusión cegadora
que verte partir, también,
desde el andén sin hora
del tren que nunca más verá la aurora.

Un jarrón de hierbaluisas
se vierte sobre el desconsuelo loco
de lápidas sin prisas
que anotan poco a poco
la esquela de mi muerte si te toco.

Perpetuidad ingente
- de indiferencia, de inquina y distancia -
que es más indiferente
cuanto más hay constancia
de tu actitud perversa y tu arrogancia.

No sé a qué ritmo late
ni con qué tensión mi corazón vive
si en este cruel dislate
mi alma aún sobrevive
esperando hasta que la tuya arribe.

En la estructura dual
de tu personalidad emergente
te has de mostrar tal cual
ante toda la gente ...
... mas yo siempre te seré indiferente.



 ***

* Noche 83. DIEZ LIRAS INDIFERENTES. 
(Liras de la 821 a la 830)

Con mi alma rota, -herida-, no sé por qué mi corazón presiente que tú me das la vida cuando queda patente que yo te sigo siendo indiferente.
El diáfano universo recitará mis versos a tu oído, se expandirá disperso como arrabal caído en vorágines de un techo raído.
En la piel autárquica que pisa los umbrales del idilio se esgrime la táctica de olvidar el delirio de un amor que sigue pidiendo auxilio.
La indiferencia tala a los pies del pensamiento extinguido; y, tocado de un ala, caigo - casi esgrimido - en la pasión del ángel deprimido.
Y así,... de ser amantes, pasamos a ser dos desconocidos de agua ful de diamantes en un himpar de hipidos donde se eclipsan los días vividos.
Te huelo tanto y tan bien que no hay más desilusión cegadora que verte partir, también, desde el andén sin hora del tren que nunca más verá la aurora.
Un jarrón de hierbaluisas se vierte sobre el desconsuelo loco de lápidas sin prisas que anotan poco a poco la esquela de mi muerte si te toco.
Perpetuidad ingente - de indiferencia, de inquina y distancia - que es más indiferente cuanto más hay constancia de tu actitud perversa y tu arrogancia.
No sé a qué ritmo late ni con qué tensión mi corazón vive si en este cruel dislate mi alma aún sobrevive esperando hasta que la tuya arribe.
En la estructura dual de tu personalidad emergente te has de mostrar tal cual ante toda la gente ... ... mas yo siempre te seré indiferente.

José Mateo Angulo García.

lunes, 9 de noviembre de 2020

* Noche 82. TE PIENSO DISTINTO,... DIFERENTE. (Liras de la 811 a la 820)

* Noche 82. TE PIENSO DISTINTO,... DIFERENTE. 
(Liras de la 811 a la 820)


Tras haber conocido
tantas cosas y a tantísima gente,
no sé por qué el jodido 
empeño irreverente
de pensarte distinto,... diferente.
En corriente trifásica
serpentea el azahar de olvido
y en pócima balsámica
de un alma desnutrido,
vivo en la acidez de tu desdén fingido.
Corazonada ajada
en flor de manoseada simiente
que aún siendo boca helada,
es boca que no miente
y luz de alba del alba prominente.
Eres el copiloto
con el que tanto viaje he compartido
en el GPS ignoto
de un tiempo discernido
que entra en bucle y revive lo vivido.
Titilar de alma exótica
que se fuma un cigarrillo en mi boca
con miel dulce probiótica
que dulcemente choca
en el vaivén de ti que me disloca.
Travesía inminente
de ese viaje fugaz improvisado
que te hace sonriente
en nerviosismo alzado
al llevarme contigo a cualquier lado.
Un sueño bostezado
delibera en horas nunca dormidas
sobre el coche aparcado
en zonas esparcidas
donde nos intercambiamos las vidas.
Sin tiempo definido
para morir muriendo mutuamente,
vivimos lo prohibido
en la pasión vehemente
donde somos el mejor ingrediente.
En roturas linfáticas
emergen venillas de los escrotos
que se excitan erráticas
como la piel de bótox
que luce en la paz y en el alboroto.
Tú eres mágica brújula
que me hace serpentear el camino
de la sabrosa rúcula
y el chacolí del vino
que lleva a ti como único destino.




***
* Noche 82. TE PIENSO DISTINTO,... DIFERENTE. 
(Liras de la 811 a la 820)


Tras haber conocido tantas cosas y a tantísima gente, no sé por qué el jodido empeño irreverente de pensarte distinto,... diferente.
En corriente trifásica serpentea el azahar de olvido y en pócima balsámica de un alma desnutrido, vivo en la acidez de tu desdén fingido.
Corazonada ajada en flor de manoseada simiente que aún siendo boca helada, es boca que no miente y luz de alba del alba prominente.
Eres el copiloto con el que tanto viaje he compartido en el GPS ignoto de un tiempo discernido que entra en bucle y revive lo vivido.
Titilar de alma exótica que se fuma un cigarrillo en mi boca con miel dulce probiótica que dulcemente choca en el vaivén de ti que me disloca.
Travesía inminente de ese viaje fugaz improvisado que te hace sonriente en nerviosismo alzado al llevarme contigo a cualquier lado.
Un sueño bostezado delibera en horas nunca dormidas sobre el coche aparcado en zonas esparcidas donde nos intercambiamos las vidas.
Sin tiempo definido para morir muriendo mutuamente, vivimos lo prohibido
en la pasión vehemente donde somos el mejor ingrediente.
En roturas linfáticas emergen venillas de los escrotos que se excitan erráticas como la piel de bótox que luce en la paz y en el alboroto.
Tú eres mágica brújula que me hace serpentear el camino de la sabrosa rúcula y el chacolí del vino que lleva a ti como único destino.

José Mateo Angulo García.